06 octubre 2008

Qué hora es

P trabajaba como vigilante nocturno en un parking de Majadahonda. Había elegido el horario de 12 a 6 porque le suponía un mayor sueldo; dado que era viudo, P quería garantizar el porvenir de su hija. No se percató de que, con toda probabilidad, este turno lo alejaría de ella. Y así fue. Con la inercia de los meses los dos se acostumbraron a no verse. P se encontraba, al llegar a casa, con un plato frío que ni siquiera tenía ganas de calentar. Su hija coincidía lo mínimo con un padre por lo general soñoliento o malhumorado.

Cuando P cumplió los cuarenta su hija le regaló un astrolabio. A partir de entonces se pasó sus noches de vigilante en la azotea del aparcamiento; buscaba constelaciones y anotaba en el cuaderno, osa menor, casiopea, plutón. Tanta afición le surgió que dejó de hablar con los compañeros; dejó de mirar las pantallas. Cuando la policía lo detuvo por no haber detectado el robo de seis mercedes, apenas tuvo tiempo de confesarle a su hija: gracias a mi última paga una supernova lleva tu nombre. Y lo subieron al furgón.


L A M I C R O S C O P I S T A ©

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía parece mentira la luna flotando en el cielo.
P.Lillo

La microscopista® dijo...

Qué alegría, P. Lo de la luna es un decorado, si te asomas por detrás le ves los hilos.

Oli dijo...

Qué paraje más nórdico.


OLI I7O

Retroclásica dijo...

Que alguien me explique lo del cielo azul.

La microscopista® dijo...

¿Es una provocación? Ya sabes que un cielo nórdico puede ser azul, aunque dure poco.

Retroclásica dijo...

No, no, es que nunca he entendido por qué es azul. Mi color favorito. A saber qué sería de mí (o de Marnie, la ladrona), de haber sido rojo...

Retroclásica dijo...

PD, creo reconocer el paisaje (qué grosería).

La microscopista® dijo...

Lo he tenido que mirar (con lo que yo he sido). Que la luz solar, al entrar en la atmósfera, sufre una refracción por la que se descompone en los distintos colores. Que el azul, al ser el de menor longitud de onda, es el que más rebota y por tanto el que (por lo general) se impone.

Retroclásica dijo...

Uf, qué alivio.