28 julio 2008

Modigliani

C despertó en su cama, pero sin saber dónde estaba. De frente, un cuadro de Modigliani mostraba una mujer vestida de amarillo con las manos entrelazadas. A la derecha, una cómoda con unos pantis sobresaliendo de un cajón abierto. C se incorporó y descorrió los visillos: una calle larga, cuyo fin no le alcanzaba la vista, mostraba un barullo de repartidores, tenderos sacando cajas, niños en uniforme, vida. Entonces C se giró y le diste los buenos días. No sabía quién eras, pero aceptó la pastilla y el vaso de agua. Después le pediste que se sentara y le acercaste los pantis. No me los quiero poner, te dijo temblando. Pero tú ya la agarrabas tan fuerte que se levantó el vestido amarillo y comenzaste por el empeine.

L A M I C R O S C O P I S T A ©

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