Viendo trabajar al técnico del gas se le encendió la bombilla. B inclinó la cabeza y se miró el corazón, quizá su problema se debiera a una llave de paso mal colocada. ¿Qué le estaba fallando allí dentro? Probó a darse un masaje cardíaco, a correr sin freno por la casa, a estar dos minutos sin respirar. La víscera daba signos de palpitación, pero sólo físicos: B llevaba años sin querer a nadie. Alarmado, buscó en los anuncios por palabras hasta dar con una empresa de desatascos. Fontaneros Bermúdez, 24 horas. Les hizo la consulta, qué tienen para un corazón atorado. Al otro lado de la línea la telefonista se conmovió; conozco el remedio. Nada de álcalis, ni de clorhídrico ni de salfumán. Empiece por quererse a sí mismo; si en unos días no descubre cuántos latidos penden del suyo, vuelva a llamarnos.
L A M I C R O S C O P I S T A ©
1 comentario:
Cuidadín, que los técnicos sean personal cualificado y debidamente acreditado. Si no, que visite el blog de Kontsumo.
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