21 diciembre 2008

Ruido interior

Para S no existían verbos como bisbisear o murmurar. No podía hablar en voz baja. Su umbral del sonido se encontraba por encima de lo normal, de modo que, cuando creía que estaba musitando, en realidad había varias personas al corriente de lo que contaba. Sobra decir que S nunca guardó un secreto, ni jugó al teléfono estropeado, ni tuvo novia que le quisiera. Era popular entre sus amigos por su carácter vocinglero, pero se ganó la enemistad de vecinos y compañeros, privados sin más de su derecho al silencio. Alertado, S resolvió grabarse en el móvil para aprender a modular el volumen de su voz; ya desde el primer intento comprobó que, lo que para él era bajo, para el micrófono era alto o muy alto. A fuerza de hablar en lo que a él le parecían susurros, S reajustó su ruido interior. Esta tarde ha sido capaz de cantarse para adentro un estribillo, ese que dice, la vida comienza ahora, cuando te escuchas.

L A M I C R O S C O P I S T A ©

2 comentarios:

PIER dijo...

Hola..
No hay nada que me guste más,que leer un buen texto.
Sublime! no sabes cuanto me ha gustado..
Y ese final le da un toque único especial : Ese que dice.. La vida comienza ahora, cuando te escuchas.
Saludos.

La microscopista® dijo...

Caramba, con ese nombre tan literario que tienes deberías ser protagonista de alguna novela.