En una ciudad pequeña uno acostumbra a andar con pasos pequeños. Sabe que en cualquier momento le detendrá un conocido, un paisaje, un escaparate de ropa interior. El conocido le agarrará del brazo, qué tal se encuentra tu padre, lástima de nubarrones, para cuándo una cena de amigos.
En una ciudad grande, sin embargo, la zancada se amplía de forma delatora: imposible esconder que nada nos lleva a ese sitio tan lejano, tan efímero, tan no-sitio.
V decidió atravesar el parque al regresar del trabajo. Poco a poco su marcha se fue escorando hasta meterse en lo verde y en ese momento pensó que, de hacer un viaje, sólo haría ese. Al llegar a casa rebobinó el recuerdo y algo le resultó disonante: el ritmo. Cuando probó a verlo a menor velocidad se le abrió el cajón de los paseos.
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1 comentario:
Julia: cuando pincho en el vídeo, me dice que ya no está disponible. ¿Se puede localizar en Youtube?
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