28 noviembre 2010

Elogio de la parsimonia

C se veía obligado a vivir en la capital —y por lo tanto a correr—, así que se había buscado una válvula de escape que le permitiera recuperar la lentitud. Cada fin de semana esperaba un golpe de lluvia para, justo después, salir a la sierra en busca de caracoles. Cuando oteaba unos cuantos sacaba el premio (una ensaladita de escarola) y se agachaba a observar. Los caracoles ondeaban las antenas y rectificaban su senda en pos del vegetal; C identificaba a los más talentudos; aquellos que, con un objetivo claro, sorteaban ostáculos y avanzaban con parsimonia hasta alzarse con la escarola. Un día vio que uno de ellos tenía el caparazón cascado; le quedaban pocas horas de vida. Rápidamente se lo llevó a casa, donde le fue pegando a la luz de la lupa, con un palillo y mucho detalle, las grietas con cola de contacto. Después lo soltó y esa misma tarde el caracol ganó la carrera. Feliz, C se ajustó el caparazón y retomó el camino a la urbe.
Fotocortesía: Idoia Láinez

6 comentarios:

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola

Me alegra volver a leerte.

Me he sentido identificada con los caracoles de C. Todos llevamos un caparazón como ellos.

Besotes.

Andrés dijo...

¿Y si no hiciera falta irse a la sierra para recuperar esa lentitud? Do you see that possible? Regards, Andrés.

Oli dijo...

Ya sabes que soy muy de caracoles que se llaman C, así que gracias por salvar su vida.

Caracol, col col, saca los cuentos al sol.


OLI I7O

La microscopista® dijo...

Mandalas, ya intuía yo que tú eras de caracolas.

Andrés, veo por dónde vas: existen tantas sierras (y tan cerca) como uno quiera.

Oli, ¿cuál sería tu postura ante un caracol que responda a la inicial "R"?

Retroclásica dijo...

"Parsimonia", qué bonita palabra, debo aplicarla a mi vida con esa cola de contacto que usa C para los caparazones.

Julia, qué tal un cafecillo con caracola en alguna pastelería parsimoniosa easonense, cuando se acerca la navidad y, espero, tú al Cantábrico...

La microscopista® dijo...

¡Pastelería parsimoniosa! Si es al borde del mar bajamos a por la caracola a la orilla...